Si os digo la verdad, esta parte no la tomé como materia de estudio, sino de meditación personal; como algo que nunca viene mal plantearse de vez en cuando. Despúes de estos dias de estrés y nervios por los exámenes me apetecia profundizar, saborear, meditar y compartir.
El apartado es largo en si, yo lo que he hecho es cojer unos simples retazos.Me pareció un texto muy bonito. Espero que lo disfrutéis como yo lo estoy disfrutando.
"A lo largo de la vida la persona va elaborando una idea de sí misma. Uno no puede saber quién es sin no conoce sus circunstancias: el medio que se desenvuelve. Por ejemplo: la clase social de su familia, la generación a la que pertenece, el momento histórico que le ha tocado vivir.
Pero: ¿ Es posible llegar a conocerse?
Casi nadie puede llegar a decir con justicia : " Se quién soy". Es una tarea inacabable.
..."descubrir quién es uno está íntimamente relacionado con la definición precisa de un programa vital: qué voy ha hacer en la vida. Sólo la fidelidad a un programa de vida previamente trazado nos dará fuerza y serenidad para afrontar las dificultades de todo tipo que nos saldrán al paso.
Conocernos nos hace más libres: así, podemos ayudar a otros a ser más libres. Aunque la gente no lo quiera reconocer, uno de los miedos más paralizantes que hay es miedo A LA LIBERTAD. La libertad conlleva responsabilidad hacia uno mismo, hacia la naturaleza, hacia nuestros semejantes. ¿ Por que es tan difícil conocerse?
Son muchos obstáculos que se interponen: unos provienen de uno mismo, otros del medio que nos rodea. Conocer los obstáculos es imprescindible para superarlos".
El primero y fundamental es que no somos transparentes con nosotros mismos. El inconsciente es una fuerza oculta que dirige, aunque no completamente nuestras acciones. Esto exige un esfuerzo supremo de sinceridad con nosotros mismos para no engañarnos.
Pero... ¿ es posible conocer el inconsciente? ¿conocer lo que no se puede conocer?
Hay un inconsciente positivo, otro negativo. El primero nos inspira lazos de afecto, cuidado y comunión. El segundo, retraimiento sobre nuestro propio yo, distancia, aislamiento y alejamiento de los otros. De modo que se produce una situación paradójica: vamos hacia nosotros mismos a tientas, sin saber claramente dónde llegaremos.
No se trata de obsesionarse por tener una identidad propia. Se hace poco a poco en nosotros sin forzar las cosas.
Lo mismo que los espejos nos ayudan a saber cómo somos físicamente de modo que podemos ajustar nuestra imagen imaginada a nuestra imagen real, también hay "espejos psicológicos". ¿Quienes son esos espejos psicológicos ?. Hay dos tipos:
- los exteriores . LOS OTROS. ¿que nos dicen los otros sobre nosotros mismos?. Aveces nos devuelven una imagen feliz de nosotros mismos, mientras que otros nos la devuelven fea. No siempre aciertan, ni cuando se es feliz, ni cuando se es infeliz.
- los interiores. Pero este es de otro tipo: nos dice cómo nos gustaría ser, no cómo somos. Es podríamos llamar el YO IDEAL. Tiene un problema y es que no nos previene contra la vanidad de la que es necesario estar bien prevenidos. Ni de su contrario: los sentimientos de inferioridad.
Hay otro espejo todavía más interior que el anterior. Este nos dice cómo deberíamos ser. Este compara la bondad de nuestras acciones con la bondad ideal. Tiene un problema, y es que es muy exigente, aveces demasiado. Hay que aprender a dialogar con él para que no nos tiranice. Pero nunca debemos romperlo porque entonces caeríamos en el defecto opuesto: la arbitrariedad. Falta de escrúpulos, egoismo.
...." Hacerse preguntas sobre uno mismo es preguntar por el sentido mismo de le la vida. ¿Tiene sentido la vida? ¿Cuál es el sentido de mi vida?Es muy difícil huir de esas preguntas: parece como si se hicieran en nosotros por el solo hecho de estar vivos y se hace a nuestro pesar.
Cada uno ha de encontrar una respuesta, aunque sea la negación del sentido, la negación de la vida no tiene ningún sentido. Pero es preferible llegar a esa conclusión que negarse a plantear la pregunta clave. Esta es la peor opción porque conporta una vida mediocre, vulgar, gris. Lo mismo que nunca alcanzaremos una identidad definida, ni definitiva, siempre estaremos en camino a ella a punto de alcanzarla, tampoco nunca encontraremos el sentido completo final de la vida.
La vida es porque sí.
La rosa es porque sí. Florece porque florece.